Olvidar tiene sus ventajas. Es verdad que muchos recuerdos pueden ser tristes, o lograr que uno se ponga de esa manera, ya que el recuerdo puede ser ya de por si un recuerdo triste o, al ser bueno, uno entristecerse al saber que probablemente no vuelva a vivir eso, por lo que sería bueno simplemente olvidar las cosas y listo. Olvidar podría borrar todo sufrimiento en una persona.
También tiene sus desventajas olvidarlo todo. Una de ellas es que uno no podría recordar experiencias únicas en su vida, como por ahí, en el caso de un hombre, la primera vez que fue a ver a su equipo de fútbol, o la primera vez que uno habló con sus amigos, o directamente olvidarlos a ellos. Otra desventaja es que uno podría ir a un lugar a hacer algo y, cuando llega, olvidarse qué es lo que iba a hacer.
Recordar tiene cosas buenas. Una de esas son los recuerdos felices, esos que son memorias de cosas buenas que nos pasaron, o de gente querida que puede seguir o no en nuestra vida. Otra ventaja es que, cuando uno muere, sigue estando en la memoria de sus seres queridos, pero, si estos lo olvidan, es como si nunca hubiera existido.
También hay desventajas en el recuerdo. Esas desventajas son, prácticamente, los recuerdos tristes, esos de algún mal momento en la vida o de una persona que hizo daño a uno. Otra desventaja es que es muy complicado que uno recuerde las cosas tal como sucedieron, por lo que uno puede hacerse una idea equivocada sobre algo o alguien, basado en un recuerdo que puede ser falso.
Por más que los recuerdos sean solo momentos y lo que importa es el presente. Por más que haya recuerdos buenos o malos, tristes o felices, valen la pena. Hay recuerdos que no se te borran nunca en tu vida. Que te quedan para siempre en la cabeza. Por esos recuerdos, cuando me preguntan si prefiero recordar u olvidar las cosas, digo que prefiero recordarlas.