Ella era una mujer distante y vacía de imaginación. Aunque su mirada era soñadora sus numerosos y audaces sentimientos estaban amaestrados como leones de circo. Todas las tristes tardes, llenas de aburrimiento, de tristeza y de melancolía, hacían que la vida para ella sea una gran monotonía. El final parecía inevitable, debía soltar sus sentimientos y volver a empezar.
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